Los
años provocan la pérdida de la condición física, pero hacen que aflore
una nueva virtud: la veteranía.
Aunque de ella se dice que es un grado, tiene sus riesgos.
Expertos reunidos en Sevilla con motivo de una competición de remo que
ha congregado a más de 2.500 atletas veteranos han analizado sus caras.
Según Angeles Prada, coordinadora del servicio médico del evento, no son
los más mayores los que tienen más riesgos. "Los atletas con edades entre
65 y 80 años conocen perfectamente sus límites. Ser veterano implica un
mayor conocimiento de la técnica y del rendimiento", explica.
Es la franja de edad de los 45 a los 55 años la que cuenta con más riesgos
de lesiones del aparato locomotor o del sistema cardiovascular.
"Se consideran en forma, se exigen más y son más competitivos. Corren
más riesgo a la hora de establecer sus límites, a pesar de que eventos
como esta prueba de remo tienen más de actividad social que de competición
pura", añade.
Complejo y exigente. Así es el remo, un deporte que exige movimientos
en los que interviene casi la totalidad de los músculos y articulaciones
y en el que se combinan facultades de las que no se prescinde por ser
más longevo: resistencia, fuerza y coordinación.
Cambio
de planes
Al definir el entrenamiento del remero máster "no sirven los esquemas
clásicos de desarrollo del rendimiento y planificación del entrenamiento
a largo plazo.
Estos terminan cuando se alcanza el final de la carrera competitiva, entre
los 25 y los 36 años". Así lo afirma Carlos Molina, presidente del Comité
Nacional de entrenadores de la Federación Española de Remo. Molina considera
que la planificación del trabajo no requiere una gran carga técnica. "Basta
con poner al día las sensaciones y automatismos musculares".
A su juicio, es fundamental para los veteranos controlar que la recuperación
después de cada entrenamiento sea suficiente, de modo que no se llegue
a producir fatiga crónica o sobreentrenamiento.
Para Molina, no debe descuidarse en este periodo el entrenamiento de la
velocidad de competición, de modo que tanto desde el punto de vista del
funcionamiento de la fibra muscular como de la coordinación neuromuscular
no se pierda una elevada precisión técnica y un buen rendimiento. A pesar
de que los servicios médicos de la competición no han tenido que cubrir
situaciones graves, Fernando Avila, especialista en traumatología y miembro
de la organización de la prueba, distingue algunas de las lesiones más
habituales en los deportistas que practican el remo: la rotura meniscal,
la tendinitis rotuliana, la tendinitis de los isquiotibiales o la bursitis
son las más habituales en la rodilla.
Un estudio realizado por este especialista en 180 deportistas lesionados
demuestra que cerca del 20 por ciento de las dolencias afectaban a esta
articulación. Avila sitúa como factores predisponentes para estas lesiones
la rotación tibial externa y como desencadenantes la reiterada flexo-extensión
o la compresión femoro-patelar.
En el caso de la condromalacia, define una "alteración de la sustancia
basal y las fibras de colágeno en los niveles profundos del cartílago".
En el caso de la tendinitis rotuliana, el atleta siente dolor en el polo
inferior de la rótula, en la inserción del tendón rotuliano y en el tendón
propiamente dicho. Otra lesión frecuente es la fractura costal por estrés.
"En remo, la mayor fuerza de flexión tiene lugar en la región postero-lateral
de la costilla, donde se transmite a los brazos y a los remos las fuerzas
que se generan en la espalda y piernas".
Otros
esquemas
Los veteranos no precisan sólo de un entrenamiento físico óptimo. Para
José Carlos Jaenes, especialista en Psicología del Deporte, el mental
es especialmente interesante por cuanto "van modificando el orden de sus
cualidades para mentener el nivel de competición, usando progresivamente
más control emocional que cualidades físicas".
En el plano psicológico hay que avanzar por más frentes que el de la motivación.
A juicio de Jaenes, existen viejos conflictos en muchos deportistas que
emergen en las pruebas de veteranos y que se convierten en un factor negativo.
"Se sigue sin confiar en el remero que falló en determinado campeonato.
La no resolución de un conflicto puede aflorar al presente cuando las
circunstancias son favorables a que así ocurra". De ese modo es como surgen
másters que no logran desquitarse de su historia previa. Ni siquiera los
éxitos del presente son, para algunos, suficientes para compensar los
que no llegaron en el pasado.
Ramiro
Navarro. Sevilla
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