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Demiddi llenó de prestigio y triunfos al remo y al deporte argentino

Claro, no quería arriar la bandera de la modestia, pero hubo una cascada de aplausos que caía de la terraza, dejó que las ondas de la ovación le recorriesen la piel abrió mucho los ojos para permitir que un solo golpe de vista grabara en su cerebro y su corazón todo ese monumental delirio que flotaba sobre los techos del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Alberto Demiddi ya había pisado su tierra y besado a su madre. Entonces sì accedió a entregar su tercer mimo, el menos íntimo, el más trascendente, tal vez el mejor, dejó un bolso en el piso, se detuvo y levantó sus dos brazos. Era como si todavía tuviese los remos puestos. Era un abrazo que su personalidad cordial y sin complicaciones psíquicas le devolvía a los remeros y a los aficionados que coreaban su apellido. Era el alegre gentil hombre que dividía su gloria en trocitos iguales y compartía.

Seis días antes, en el agua canadiense de Saint Catherine, su bote -un single scull mucho más frágil que sus músculos y sus deseos de ser campeón- había cerrado en silencio el maratón de dos mil metros que consagró a Demiddi campeón mundial de la especialidad. Molido de fatiga, el remero era una boya sin ruidos, sonriente ("siempre sonríe cuando termina las regatas", había agregado la mamá). Ahora , en el rumoroso salón, rodeado por su compañeros del doble par y del cuatro con timonel, repartía cordialidades a manos llenas. Amablemente explico: "Para mí esta fue una regata más. Cuando el años pasado gané en Austria el título europeo me emocioné muchísimo, esta vez remé y terminé de remar sin sentir ninguna sensación especial".

Después, dirigiéndose a los fotógrafos, les dijo: "Aprovechen ahora que soy campeón del mundo".

Y sin naufragar en el mar de gente, de micrófonos, de cables, de cámaras, tuvo tiempo para responder con una afabilidad sin límites a una nueva pregunta: "Si los muchachos del cuatro con timonel hubieran recibido antes sus botes para poder entrenarse, seguramente hubiesen mejorado su posición final. Aún así llegaron a la final, derrotando a varias potencias del remo. Todas estas demostraciones que estoy recibiendo son también para ellos".

Para todos inventó un instante de exclusividad. No dejó de sonreír. No abandonó su postura de tipo macanudo. No tuvo siquiera una grieta de tiempo para recordar que practica el deporte trabajando en un banco y ganando treinta mil pesos por mes. La ovación -ahora- descendía por las escaleras. Alberto demiddi había puesto definitivamente al mundo debajo de su bote.

Carlos Alberto Thiery

(EL GRAFICO 2658, septiembre 9 de 1970)


Alberto Demiddi llegó a  lo más alto. En 1970, se consagró campeón mundial de single scull en el campeonato de Saint Catharine, Canadá. En  Sólo Remo recordamos aquel hito en la historia del deporte argentino reproduciendo una nota de El Gráfico de aquella época.

 

  • Alberto Demiddi nació el 11 de Abril de 1944 en Capital Federal
  • Conquistó el título argentino de single en 1962 y 1972: Sudamericano en 1964, 1965, 1968 y 1970: el título Panamericano en 1967 (Canadá) y en 1971 (Dinamarca)
  • Fue campeón de Europa en 1969 (Austria) y 1971 (Dinamarca).
  • Además, fue cuarto en los Juegos Olímpicos de Tokio (1964), medalla de bronce en México (1968) y de plata en Munich (1962).
  • En 1970 cuando se coronó Campeón del Mundo en Canadá

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